jueves, 2 de julio de 2009

ENTORNOS. Baraona

Forma, color, dibujo y textura son los elementos compositivos básicos, así como en los objetos y las comunicaciones, para todo lo que es la articulación del espacio y la luz.
Uno de sus rasgos mas característicos es que los distintos entornos que existen son marcos para las actividades y afectan a las pautas de uso, al comportamiento y a las expectativas de la vida cotidiana, o mas bien en la vida domestica, el trabajo, el ocio y a las empresas cotidianas.

Dentro de los términos de análisis básicos se pueden encontrar los entornos internos y los entornos externos. Los entornos externos pueden considerarse más del dominio de la arquitectura. Son espacios que no son tan limitados como los entornos interiores.

Los entornos de interiores son más bien espacios determinados por arquitectos, ingenieros y constructores. Dentro de este entorno existen áreas de especialización profesional, como lo es el diseño de interiores que tiene muchas funciones y perspectivas. Se encuentran dos tipos de diseño, dentro del diseño de interiores.

En uno se encuentran los profesionales dedicados al diseño decorativo, preocupándose del espacio y contenido. Ellos a través del mobiliario buscan formar composiciones de elementos ya existentes y suelen ser un simple resultado de las distintas tendencias estilísticas y el gusto personal de ellos y del cliente. Se aplican mas que nada a lugares como casas, restaurantes y hoteles.

Por otro lado están los que se dedican a crear conceptos y formas nuevas de distribuir el espacio, principalmente con equipamientos especializados que configuran criterios asociados a la salud, la seguridad y la eficacia. Entre los lugares a los que más se aplica están las oficinas, los hospitales, escuelas, etc.

Dentro de la creación de entornos se encuentra el hogar. Este es la única área en la que pueden formar parte un gran número de personas en todo lo que son las desiciones de diseño, cada uno toma desiciones de diseño absolutamente personales.

“La investigación de Csikzentmihalyi y Rochberg-Halton concluía que las personas dotan a los objetos de significado personal”

Con la aparición o existencia de los entornos, esta capacidad para crear un significado personal puede, además de aplicársele a formas existentes, dedicarse a convertir los distintos entornos existentes en lugares preferidos.

Un ejemplo de cómo la creación de significados y, por ende, la creación o aparición de lugares preferidos es algo que esta bien presente, es la aparición del bricolaje y como a través de el nos han incentivado a seguir este tipo de “diseño”.

Bricolaje significa “hágalo usted mismo” y nos ofrece medios e información para cualquier persona que desee transformar un espacio, en un “lugar preferido”. Muchas veces los resultados de esto llegan a caer en excesos, llegándose a ver incluso grotescos. Pero esto es producto más que nada del incentivo que trae consigo el diseño de libros, herramientas y materiales para el bricolaje. Este material, muestra conceptos y técnicas bastante fáciles y que están al alcance de cualquiera.

Aun así es increíble como, sobretodo en EEUU, hay gente que busca ayuda de un profesional del diseño, debido a la influencia que existe de una cultura de masas, que influye a la población preferir la comodidad antes que la actividad. Los resultados de este tipo de diseño, el crear lugares preferidos, son bien variados debido a las culturas y circunstancias geográficas, generando otras variaciones, como lo son el espacio, el si la casa esta comprada o es arrendada, la cantidad de pisos existentes, etc.

Es aquí donde surgen dos ejemplos claves. Uno es EEUU, la dimensión de los hogares cada vez a crecido aun mas, sobretodo después de la II Guerra Mundial. Estos no es más que un reflejo de la necesidad de tener comodidades y espacio. Es tanto el espacio que se tiene, que no se preocupan tanto en pensar los detalles de funcionalidad. Un ejemplo son los electrodomésticos (lavadoras, cocinas, refrigeradores, elementos de baño, etc.) son grandes y generalmente tienen poca funcionalidad, pero son bastante mas baratos comparados con los europeos. Esto comprueba que en un hogar promedio estadounidense pueden instalarse perfectamente sin pensar como deben utilizar el espacio según sus necesidades.

En cambio el hogar promedio japonés es mucho mas pequeño y no es posible acomodar mucho objetos, por lo que hay que pensar muy bien en como cumplir con todas las funciones. Es por eso que los elementos empiezan a experimentar distintos cambios. Por ejemplo, las bañeras de los japoneses son pequeñas, pensadas para una postura sentada o en cunclillas; las funciones del viter y del bidet se incorporan en un solo pedestal que funciona por un control electrónico, las lavadoras y secadoras combinan sus funciones y a su vez se miniaturizan; las neveras son pequeñas pero mucho mas avanzadas tecnológicamente; etc.

Es así como en lugar de que las habitaciones de los japoneses se extiendan, estas tiende a apilarse. De hecho se organizan muchas funciones en un mismo elemento o lugar. Por ejemplo espacios de estar que se convierten en espacios para dormir.

Independiente de las diferencias culturales, el hogar sigue siendo el único lugar donde cualquiera puede organizar un entorno de acuerdo con sus gustos y estilo de vida personal. Es aquí donde surgen las presiones para seguir los “estilos” impuestos por los catálogos y publicidades, tratando de que se pierda esa capacidad de personalizar un espacio y darle un significado.

Otro espacio que existe es el de los espacios de trabajo. Las desiciones de cómo organizar estos espacios son tomadas por directores y diseñadores, obligando a la gente que trabaja con ellos a vivir con las consecuencias, casi sin posibilidades de modificación. Es así como a partir del siglo XX los conceptos de distribución empiezan a cambiar a partir de las percepciones del trabajo y la gestión.

Es así como surge el taylorismo. “El taylorismo constituía un esfuerzo por afirmar el control de la gestión de procesos de trabajo imponiendo procedimientos estandarizados.” Es decir, había que encontrar la mejor manera de desempeñar cada tarea. La forma de adaptarlos a nuevas pautas y organizaciones de trabajo era estudiando los tiempos y movimientos que se hacían. Los oficinistas se sentaban alineados frente a sus mesas, siendo estrictamente controlados. Un gran ejemplo de esto seria el de una fabrica, y el como es el sistema de esta.
En los 60’ algunas compañías empezaron a experimentar con sistemas de gestión más libre que permitía a los trabajadores a interactuar en equipos y contribuir más activamente en los procesos. La organización del espacio en las fabricas era un reflejo de esto, con zonas para sentarse donde los trabajadores podían compartir y comentar su trabajo. Estas se conocían como oficinas paisaje o paisaje de oficina. La distribución de éstas era más flexible, consiguiendo una mezcla de privacidad y accesibilidad. Lamentablemente, al igual que en muchas áreas del diseño, estas ideas se adoptaron erráticamente.

Estas facetas existen aun, es mas incluso con toda la nueva tecnología, aun existen los antiguos conceptos de Taylor. Por ejemplo, empresas que ofrecen servicios de trascripción de información están organizadas en espacios sin ventanas para evitar distracciones, con videocámaras detrás de cada trabajador, con mesas en rígidas filas, etc.

Esto no quiere decir que la tecnología sea ciento por ciento negativa. En los 80’ se completa la construcción de muchísimos edificios “inteligentes”. Un ejemplo es el ayuntamiento de Tokio (1991), proyecto de Kenzo Tange, este tenia 12 superordenadores, sensores que detectaban la actividad humana y ajustaban automáticamente la luz y calefacción, controlaba seguridad, teléfonos, salidas de emergencia y ascensores, oficinas con espacios divididos y colores calidos, tarjetas inteligentes daban paso a 13.000 empleados, etc. Con esto se mejoro eficazmente con respecto a los entornos anteriores, pero no se mejoró en cuanto al trabajo de oficina.

Tras una investigación sobre las pautas de trabajo en Japón, se descubrió que los oficinistas pasan menos del 50% de la jornada laboral frente a sus escritorios. Con esto algunas empresas introdujeron sistemas de trabajo más flexibles, terminando por transferir el trabajo fuera de la oficina.

En los 90’ compañías como Shiseido Cosmetics delegaron actividades de ventas, así los empleados podían trabajar desde casa o en oficinas regionales. “Equipados con ordenadores portátiles capaces de conectarse mediante teléfonos móviles al ordenador principal de la compañía, los vendedores podían acceder instantáneamente a información vital para los clientes en cuestiones como existencias, precios y distribución”. Es decir, las personas comparten espacio pero no al mismo tiempo. Por ejemplo, llega un empleado que reservo la oficina y cuando se va llega un conserje que es responsable de instalar un carrito con archivos personales junto a la mesa y asegura todo el equipamiento necesario”.

Como este cambio no tuvo reflexión previa, hubo empresas que sufrieron las consecuencias. Los empleados se rebelaron contra este sistema y empezaron a exigir espacios propios. Paralelamente los directivos buscaban que la cantidad de tecnología que había fuera valiosa. Y eso solo se lograba si se interpretaba y aplicaba creativamente.

Buscaban la innovación como necesidad principal, cosa que dependía de la creatividad. Para esto los empleados tenían que participar activamente en los procesos de trabajo, aportando conocimientos y experiencias.

Los resultados son nuevos entornos que promueven el intercambio en una estructura organizativa más sencilla, mezclando espacios privados y comunes. Con esto las ideas se generaban así como también la creatividad. Esta nueva organización espacial estimulaba la interacción y la creatividad dinámica. Un ejemplo de esto es la firma publicitaria TBWA/Chiat/Day que en 1999 abrió nuevas oficinas en Los Ángeles, esto hizo que se pasara del concepto e fugacidad del hotelling, al de comunidad, proporcionando a cada empleado su lugar de trabajo personal con lugares, además, para trabajar en equipo.

El concepto de comunidad, aquí es evidente en cosas como por ejemplo, la organización que tienen en la vecindad de las terminales de trabajo, la calle mayor que recorre el centro el espacio e incluso en el Central Park, zona plantada de ficus donde los empleados van a relajarse.

Un contraste de lo anterior serian los entornos estandarizados. Ejemplo de esto hay miles, uno de ellos se puede ver en los hoteles. Incluso desde el mas sofisticado, como la expansión de la cadena hotelera Hilton, donde todos los hoteles debían estar en un formato estándar. Otro ejemplo, yéndose mas al otro extremo, serian los lugares o locales tan comunes como lo son McDonalds, Pizza Hut y Burger King, independiente de las dimensiones espaciales, la decoración presenta una pauta que los clientes identifican inmediatamente. Aquí la función del diseño es entregar un modelo completo que se adapte en detalle a lugares en todo el mundo y siempre dentro del marco de los estándares generales.

En Europa no es muy distinto. Empresas como Mövenpick y Wienerwal siguen estándares en sus interiores, independiente de la ubicación.

En los 90’ hubo otra tendencia comercial que influyo en muchos aspectos del diseño. Este es el protagonismo que se le da a la experiencia o la diversión, aludiendo a la “arquitectura de la experiencia”. Esto consistía en subordinar otros ámbitos de la vida a las “empresas” del entretenimiento masivo. Un ejemplo lo son los pubs temáticos.

Otro ejemplo serian los restaurantes temáticos, donde es servida buena comida en decorados sencillos con un servicio de calidad, como el entorno dedicado al placer gastronomito y la conversación. Estos surgieron principalmente en EEUU, una tendencia los llevo a diseñar restaurantes con un tema en particular (italianos, árabes, japoneses, etc.). También en algunos casos como en los llamados banquetes medievales, se produce una nostalgia sintética, debida a la intención que hay de que todo parezca real.

Las compras tampoco son ajenas a estas tendencias. Hay desde almacenes llenos de productos que se venden a un bajo costo, como la cadena de juguetes Toys’R Us. Hasta entornos de diseño que cambian los conceptos de las tiendas, como por ejemplo Niketown, que seria un entorno promocional. Este lugar es básicamente un banco de pruebas del consumidor.

El primero de estos locales no se pensó como un lugar para la venta, sino que como un lugar de exhibición para promocionar sus productos y que a su vez pudieran ser probados. Al ofrecer una “experiencia” abre el diseño de entornos a un panorama de formas y temas que pueden cambiar arbitrariamente. Aquí es fácil pasar por alto las necesidades más básicas de la gente en entornos poco funcionales.

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